Ideas Profesionales

Este espacio esta destinado a personas interesadas en los temas de gerencia, liderazgo e inteligencia emocional y social

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Nombre: Jesus Pirela
Ubicación: Gran Caracas, Distrito Capital, Venezuela

Matemático, Ingeniero Civil, Economista. Conferencista en temas de Gerencia, Liderazgo, Inteligencia Social y Neuroeconomia. Especialista en Técnicas de Resolución de Conflictos Prof. de Postgrado en los mismos temas

domingo, agosto 26, 2007

LA LEY DEL MÍNIMO ESFUERZO

Ésta ley del mínimo esfuerzo, es casi una trampa mortal. Lo que digo es verdad. La mayoría de las personas tratan de hacer las cosas de la manera más fácil, como siempre se han hecho, sin realizar ninguna modificación, todos lo hacen así, es lo que se dice. Cuando eso sucede, transitas “el camino del mínimo esfuerzo”. Aunque esto lo considero mal, reconozco que algunas cosas se pueden conseguir siguiendo ese camino. Pero insisto, todo está sujeto a cambios, nada es perfecto. El asunto es, que seguir esa ley, crea la costumbre de que todo debe ser así, de que esa es la única forma de hacerlo y al final, algo con algún grado de dificultad o diferente, se considera imposible e improbable y un distinto intento es rechazado, perdiéndose la oportunidad de adelantar en la ruta determinada.
Tomar esta única vía, es el error. Cuando se crea el hábito de seguir sólo la ruta de menor esfuerzo, de inmediato y de manera inconsciente, se automatizan gran parte de las rutinas, haciéndonos esclavos de una sola forma de actuar. En muchas oportunidades, se ha escrito sobre las múltiples alternativas o posibilidades que existen para realizar una misma cosa, al considerar que sólo hay una única forma de hacerla, encasilla, limita e incapacita. Se ha demostrado todo lo contrario, hay infinitas rutas para llegar de un punto a otro, casi como te las puedas imaginar, el pensar que sólo hay una, es altamente perjudicial y desastroso. Ese pensamiento, te hace una persona inútil, ignorante, dependiente y con alta probabilidades de fracaso.
Cuando conversamos sobre la proactividad, en artículos anteriores, decíamos, que sólo se aprende al salir de nuestra zona de comodidad, recuerdan??. Al estar frente a lo desconocido, te obliga a buscar formas nuevas de seguir adelante y tratar de adaptarte al medio, no intentarlo es perecer. Vivimos, porque aprovechamos la retroalimentación existente, entre el entorno y nosotros, esa información o ese conocimiento adquirido de manera constante, nos proporciona las herramientas necesarias para continuar el camino de manera exitosa. Recordemos, que existe una comunicación de doble vía, entre el medio ambiente en que nos encontramos y las personas. Esa correspondencia, hace que todos seamos interdependientes, influimos al medio, como el nos influye a nosotros, esa interacción constante, nos hace, primero aprender, luego cambiar hacia estados más evolucionados y de esta manera nos vamos de manera progresiva, adaptando al también cambiante entorno.
Ese es el aprendizaje que nos da la vida. No debemos desecharlo, es más debemos buscarlo, debemos dejar de temerle a lo desconocido, debemos tener presente, que allí, en esa zona desconocida, está la verdadera sabiduría, el conocimiento necesarios para saber como, y hacia donde se dará el próximo paso, es ir poco a poco, aprendiendo del entorno, escuchándolo, tomando en cuenta sus alertas, interpretarlo, procesar esa información y actuar en consecuencia. Esto no significa que nunca se cometerán errores, ellos son parte del mismo aprendizaje, por lo menos sabemos como no hacerlo la próxima vez. Pero de esa forma estaremos mucho más seguros, y que las acciones ejecutadas, sean la más conveniente para ese momento, ya que para el siguiente, las variables y el cambio continuo del entorno, habrán creado otras diferentes y debemos de estar preparados para esa nueva realidad.
Si colocamos el piloto automático para la mayoría de las actividades que realizamos en el día a día, el aprendizaje es nulo. Un sistema, que no reciba y no de nada, es considerado un sistema en equilibrio, pero tratándose de seres vivos, significa la muerte. En un avión, el piloto automático, no toma decisiones, él sólo sigue en línea recta, por decirlo de alguna manera, la indicación que se le da (una por vez), al variar las condiciones o al tener que tomar alguna decisión, es el piloto humano, el que debe hacerse cargo de la situación y realizarla.
De ese modo, continuamos en la zona de la “comodidad”, automatizamos la mayoría de nuestras rutinas y nos mantenemos estáticos, pasivos, huyéndole a lo desconocido, lo incomodo o lo que consideremos inconveniente, convirtiendo a la persona, en un ser dependiente, incapaz, inseguro y perdedor.
El riesgo es importante asumirlo, sobre todo cuando ganamos, nos capacita, nos da ánimo, nos aumenta la autoestima y nos hace menos dependiente. Es el verdadero camino a seguir. El del desarrollo, el de la evolución, el del crecimiento como persona y el del disfrute de la felicidad y el éxito, nuestro mayor objetivo.

jesuspirela9@gmail.com

jueves, agosto 23, 2007

LA CLARA VISIÓN DE LOS ESCULTORES

Si colocamos a mil escultores frente a mil rocas de cualidades parecidas, de tamaño, dureza, tipo, etc., para que ellos realicen su obra, se tendrá como seguro que de los mil, todos tallaran figuras completamente diferentes. Ellos desde su comienzo ya se imaginan lo que será la figura final. Un escultor famoso, en una oportunidad, cuando se le preguntó como había hecho para llegar a lo que fue el resultado de su obra, expresó, muy sencillo, sólo la busco en el interior de la roca hasta encontrarla.
Parece algo fantástico, pero realmente parece que todas las esculturas realizadas, se encontraban dentro de la piedra antes de tallarla. El escultor sólo se empeña en buscarla hasta conseguirla. Pero existe una condición indispensable para que eso se cumpla, se necesita que él sepa de manera clara y precisa, que es lo que está buscando, sólo así podrá reconocer lo buscado al identificarlo entre todas las demás figuran que dentro de la roca se encuentra. Si no sabes lo que buscas, jamás encontraras nada, ya que no podrás ver algo que desconoces e ignoras como es.
Se necesita tener perfecta cuenta de que cosas deseas, quieres o anhelas, sólo de esa manera tendrás la imagen perfecta, de lo que andas buscando y sentirás su cercanía de mil maneras, hasta que te sea completamente difícil ignorar su presencia ante ti. Esa es la técnica de los escultores, ellos ven con anticipación de forma nítida, la figura que desean, y ella se hace cada vez más vigente, en la medida que el martillo golpea la piedra y ésta comienza a dejar ver su interior.
A cada golpe, la figura emerge poco a poco, la roca comienza a tomar vida y es cuando el tallador hace surgir lentamente, la silueta de dentro de la roca, hasta que ésta completa su nacimiento. Convirtiendo en algo tangible, lo que era sólo una ilusión en sus inicios, y que con el tiempo va a transformarse en la materialización de los deseos del escultor. Es convertir una esperanza, en algo que se puede sentir, palpar y disfrutar.
La condición para que esto se haga realidad, ya lo habíamos señalado con antelación, es el tener una visión clara y precisa, de algo que en sus comienzos fue imaginado, pero que en el trillar de la vida, al paso del tiempo, se logra conseguir, como consecuencia del empeño y del tesón, que se le imprima a las acciones.
Es el resultado buscado, la meta deseada. Es llegar a sentir la felicidad y el éxito. Esa profunda ilusión que madura, se profundiza, crece y al final se convierte en algo presente, en tu presente, el que querías, el que buscaste, logrado luego de varios golpes certeros con el martillo de la experiencia, pudiendo transmutar en piedra, aquella quimera deseada con pasión.
Todo fue, al principio, imaginado intensamente. Es de esa manera que los objetivos son logrados y son rebasadas las metas. Es la forma de alcanzar lo que te propongas, es hacer visible aquella figura escondida en el interior de la piedra, es tener la visión clara del escultor.
Todos somos escultores, sólo necesitamos ir desarrollando esa capacidad visionaria. No es algo difícil ni imposible, es sólo proponértelo, desearlo y actuar.

jesuspirela9@gmail.com

martes, agosto 14, 2007

REGRESAR, NO ES RETROCEDER.

Aunque sean sinónimos en la Real Academia, tienen una interpretación oculta distinta. Su significado interno, sutil, nos hace ver que realmente son diferentes. El “regresar”, lo sientes o lo entiendes claramente, como retomar una posición, reiniciar nuevamente alguna acción mejor o más adecuada, es volver a tomar nuevas decisiones, es en definitiva, como buscar una alternativa que me acerque a soluciones o respuestas satisfactorias. Es intentar de nuevo una acción, pero ahora con nuevos bríos, con nueva información, con una actitud más definida al logro y una visión de la meta más nítida y real.
El “retroceder”, se siente distinto, parece que en su interior, se oculta una intención negativa, se usa casi siempre, cuando estás derrotado, cuando huyes, cuando tratas de esconderte, que no te vean, no aparecer. Es recular ante una situación, sin intentar resolverla, es retirarte de un sitio por sentirte indefenso, inferior, derrotado. Es dar marcha atrás, ante un evento importante y dejarles la solución a los demás. Es, en otras palabras, huir como respuesta, en vez de enfrentar, dar la cara y utilizar tus talentos y capacidades para obtener algo positivo.
Su diferencia, consiste, en la connotación que ella misma crea. Cuando regresas de un sitio, es por que has encontrado lo que buscaste, por que terminaste lo que tenías que hacer, cuando intentas ver desde la distancia el paisaje, para observar mejor detalles que en caliente es más complicado. Es tratar de ver lo obvio, al regresar por el camino andado. Es tener una actitud positiva, es intentar progresar, resolver, continuar.
No sucede lo mismo, cuando retrocedes. Es regresar al mismo sitio, es no avanzar, no aprender y no intentarlo siquiera. Es estancarte, recular, es dar posibilidades de que un ataque te destruya, es estar en estado de indefensión y debilidad. Cuando retrocedes y lo haces rápidamente, casi siempre es el detonante que hace que los depredadores ataquen, con un alto grado de posibilidades de triunfo. Es dar la espalda, es minimizar tu defensa, es atrasarte y recorrer el mismo camino una y otra vez, sin resultados ni aprendizaje. Es morir poco a poco y sentir el dolor de tus fracasos. Dice el sabio pueblo, “que retroceder, ni para coger impulso”. Allí se resume, la importancia de cuando retroceder y cuando regresar.
Es en definitiva, una condición de actitud, de tu claridad y positivismo mental, es ver de manera favorable, segura y provechosa, las distintas acciones o decisiones que tomaras. Es ir hacia delante, siguiendo un rumbo que iras determinando segundo a segundo que te ayudará a observar, cada vez, con más nitidez tu futuro inmediato, saber que hacer al segundo después, tener la capacidad de adaptarte al entorno, a evolucionar y crecer cada momento. Es considerar tu desarrollo, como un acto continuo, que no se detiene y que te llevará por el sendero que consideres más conveniente, para la obtención de la mayor felicidad y éxito.

Este es mi apreciación en este momento, pero podría cambiarla.
¿Qué opinas tú?

jesuspirela9@gmail.com

domingo, agosto 05, 2007

EL ÉXITO, COMO EL AMOR, SE DISFRUTAN SOLAMENTE CUANDO SE CONSTRUYE

El éxito o el amor, se disfrutan mientras se construye. No es que se llega al éxito, o se siente el amor al final del camino. Se perciben en cada momento, en todo instante que contribuyes a solidificarlo, con cada acción que esté dirigida a mantenerlo, hacerlo más profundo, a vivirlo intensamente y sentirlo en su máxima expresión.
Todo esto se experimenta mientras se realiza, en cada paso de su creación, en cada respuesta que produzcas, en toda actividad, la mayoría de ellas espontáneas, que realizas y que forman parte importante de la evolución constante, de esa emoción intensa que es el éxito o es el amor.
Debo aclarar, que al mencionar sólo al éxito y al amor, es porque considero que en ellos dos se encuentran incluidos todas las actividades humanas, así sean sociales, laborales o personales. De este modo me estoy refiriendo a todo lo que una persona pueda construir o crear. Entre el éxito y el amor, se nos va la vida. Y se es realmente feliz o no, como consecuencia directa, del convencimiento que se tenga, de que lo que realizas es hecho con placer, con esfuerzo consciente, con gran pasión y con un gran deseo emocional.
Si por ejemplo, observamos un partido de tenis, o un maratón, dos tipos de competencias donde el resultado depende solamente de ti, del esfuerzo, del desempeño y del uso de todos tus talentos. En el tenis, se puede ver, que si ejecutas de manera magistral cada golpe, si tu movimiento es como una danza, donde tú pones tu música interior, donde cada lance es ganador, donde llegas a todas las pelotas con tiempo, desplazándote con firmeza, seguridad, anticipando el golpe de respuesta, el resultado está anticipado. Si nosotros como espectadores observamos a los competidores, ellos, cada uno por su lado, hará lo indispensable para logar el triunfo, ejecutará su mejor juego, utilizara sus capacidades, experiencia y habilidades para realizar el tiro ganador.
Dependiendo de esa actitud, de ese convencimiento, de que estás haciendo lo máximo, de que tendrás una respuesta satisfactoria a cada regreso de la pelota, si no existe en tu mente la idea del error o el fracaso, ellos no aparecerán, o por lo menos no con una frecuencia preponderante, ya que hay variables que son imposible de controlar, como la brisa del aire, el rebote de la pelota, la superficie donde ella hizo el contacto, la tensión de las cuerdas, la temperatura, etc., y que son influyentes para ambos jugadores.
Si además de todas esas características positivas, te diviertes, disfrutas lo que haces, el resultado será positivo. Pero podría suceder todo lo contrario. La presión del momento decisivo te perjudica, no hay confianza en tu reacción, si piensas que erraras o que el contrario es superior, etc., también en esos casos, el resultado se conocerá de antemano. Es por eso que el disfrute de cada acción, la actitud que logres imponerte será definitoria. Pero sigamos observando: llega el momento final, uno de los jugadores ejecuta su golpe ganador y termina la contienda. Su comportamiento de inmediato es completamente diferente al que tenía, su dinamismo se acaba, su euforia termina, la acción que ejecuta es de desplome, levanta los brazos, cae al piso, llora. Es como si hubiera dejado de disfrutar el juego, aquella danza realizada magistralmente ha finalizado. Pareciera que ha dejado de sentir el placer que antes lo estimulaba, no continua con la pasión anterior, su comportamiento es todo lo contrario: decaimiento, fuera de la inspiración que lo tenía en el centro del mundo. La victoria, el ganar, no le produce todo lo que sintió durante el proceso al objetivo, toda aquella inspiración, el placer experimentado durante el camino al triunfo, se disipo.
Veamos ahora, al maratonista. Durante su largo recorrido, se observa sus movimientos armónicos, tratando de aprovechar al máximo sus fuerzas, no malgastar sus energías, pero el recorrido es largo. En la distancia, tendrá un segundo aire, es como una inyección de vitalidad, que el mismo se produce, es su mente en acción positiva, son sus pensamientos que le dan la energía que necesita, está seguro del triunfo, ve la meta más cerca, se imagina atravesándola ya como ganador, sus pasos se hacen más largos, más rápidos, la nueva dosificación experimentada, le hace utilizar más energía, pero él produce más, tiene reservas, por eso arremete con fuerza y llega con velocidad a la meta. Su acción inmediata es de desplome, de agotamiento, se le acabo la gasolina, la energía que hace un instante poseía, y eso pasa, exactamente al cruzar la cinta.
Si pudiéramos tratar de explicar ese momento, cuando triunfa, diríamos que el placer se acabo, como se acabo el dinamismo, la energía, todo. Entonces podemos concluir, que el haber llegado a la meta, lo que hizo fue derrumbarlo, decirle ya se acabo tu diversión, no hay razones para continuar disfrutando esto. Todo lo contrario a lo que sucedía durante el recorrido. Utilizaba sus cualidades, sus capacidades, administraba su energía, estaba consciente de estar haciendo su mejor desempeño, disfrutaba de la carrera, de su posición, se imaginaba todo lo que le producía placer, se veía triunfador, el centro de todo, lo máximo.
Realmente disfrutamos el éxito, a medida que lo construimos, en plena carrera, paso a paso, no se encuentra al final, no es una meta, es el mismo recorrido, tus acciones, tus vivencias, es la propia vida en pleno desarrollo. Igual es en el amor, el no se disfruta cuando se tiene completo, si así podemos decirlo, el no tiene dimensiones, es intenso desde su inicio, y en su evolución, produce constantemente, grandes emociones, placeres y sentimientos de felicidad. Son múltiples bocanadas de vitalidad, de sensibilidad, donde tú pones las respiraciones, no hay límites, existirá mientras estés creado ese amor y lo disfrutaras en cada momento, no una gran vez al final. También concluimos, que el amor, está en el mismo camino de su creación, la acciones que realices durante su desarrollo, como lo vives y como la percibes. Esa es la razón de que existirán muchos amores y éxitos en la vida de cada persona, no es único, ni una sola vez.
El amor como el éxito, está en tu propia vida, en tu tiempo, tu propio camino, que labras para su desarrollo. Vive intensamente, disfruta cada instante y serás una persona muchas veces triunfadora y muchas veces amada.

jesuspirela9@gmail.com

miércoles, agosto 01, 2007

PARA APRENDER, DEBES SALIR DE TU ZONA DE COMODIDAD

En muchos de los libros que escriben sobre la eficiencia, la productividad y la actitud proactiva, expresan que se debe salir de la zona de comodidad para poder subir en la escala del desarrollo y el crecimiento, no sólo como empresa, también como persona. La zona de comodidad, ya sabemos que es aquella donde estamos casi todo el tiempo, donde se desarrolla toda la rutina diaria, donde podemos tomar decisiones, ya que conocemos las situaciones, lo eventos y los problemas que acontecen, a cosas ya conocidas, respuestas también ya conocidas. Es la zona donde todo o casi todo está al alcance de la mano, en otras palabras, soluciones y problemas ya antes tratados.
En varios de mis artículos y casi todos los escritores de libros dedicados a este tema, coincidimos en que sólo en la incertidumbre, en ese espacio fuera de la zona de comodidad, la llamada zona de preocupación, es donde se realiza el aprendizaje, es el sitio donde entablamos con el entorno una comunicación directa y a consecuencia de esa retroalimentación, ya que es en los dos sentidos, es que se obtiene el conocimiento, la experiencia o se encuentra la información que se necesita para ir de manera progresiva, resolviendo a cada paso las distintas situaciones que se presenten.
De esa manera, se irá decidiendo a donde dar el próximo paso, hacia donde dirigirse o que hacer en cada momento siguiente. El entorno, todo los que nos rodea, podamos verlo o no, sea esto animado o inanimado, también expresará sus realidades, y cada persona que se encuentre en esa zona, también en cada momento, irá comunicando sus deseos, sus pretensiones, tomando sus decisiones y esperando respuestas de todo lo que está en ese hábitat. De acuerdo como sea esa comunicación, y de la manera en que se interprete, se obtendrá las herramientas convenientes para continuar con éxito o no, esa exploración de un terreno desconocido, pero que nos comunica, si queremos escuchar o ver, todo lo que sucede de manera clara y objetiva. Dependerá de cada persona, obtener de allí lo necesario y conveniente para continuar el camino hacia una meta o un objetivo definido.
Normalmente, la zona de comodidad la define el conocimiento o la experiencia que se tenga, nos hacemos duchos en resolver eventos o en tomar decisiones diarias, sin mayores dificultades. Todas las personas que tengan una zona de comodidad parecida o de una igual extensión, por así decirlo, podrán resolver los mismos problemas de la misma manera. Una que tenga una zona de comodidad mayor, significa que tiene un conocimiento mayor en algo que los demás ignoran y esa cualidad o capacidad mayor, le permitirá darle a problemas conocidos distintas soluciones, desconocidas para los demás, lo cual les permitirá obtener mejores beneficios y conseguir mayores logros, tanto empresariales como personales o sociales.
Lo importante es en definitiva, ir agrandando dicha zona, pero para ello hay varios caminos a seguir. Se puede ampliar estudiando, leyendo libros, escuchando a los que la tienen más amplia en algún rol, imitándolos, observando o simplemente tratar de aprender de cualquiera de los modos que les sea más práctico, fácil o conveniente. Si se adquiere un conocimiento sobre algún tema, se estará en condiciones de aportar nuevas soluciones o puntos de vista en situaciones que le sean relacionados, de esta manera la zona se amplió y se podrá destacar la persona, resolviendo casos particulares.
Si el conocimiento conseguido es muy extenso, general, la persona que lo posea, está en capacidad de encontrar diferentes modos o caminos a seguir o también estará en condiciones de tomar decisiones más convenientes y satisfactorias, de visualizar otras vías o imaginar diferentes soluciones a un mismo evento. Está capacitada para observar de manera más clara, el panorama reinante y sus interpretaciones y su visión del todo, también se hace más amplia, es más holistica y como consecuencia directa, tendrá a la mano mayores recursos, herramientas y habilidades para solventar situaciones de apremio o encontrar el éxito o la meta esperada.
El salir en busca de la incertidumbre, visitar lo desconocido, observar y entrar en la zona de preocupación, se logrará aprender, cambiar hacia mejor, evolucionar, adaptarse de manera continua al medio, y seguir adelante.

jesuspirela9@gmail.com