LA RAZÓN DEL ÉXITO ANIMAL

La observación de los animales, ha sido siempre fuente de aprendizaje en el ser humano. Cada vez que estudiamos su comportamiento, nos damos cuenta, que su manera de vivir les produce, sin tener la capacidad de razonar como la nuestra, grandes éxitos. Muchos estudiosos del lenguaje corporal, no solo en humanos, sino también en los animales, han verificado que su éxito radica en un comportamiento que les produce un constante aprendizaje, que lo ayuda a resolver de manera efectiva los momentos de crisis, con el menor porcentaje de pérdida o fracasos.
No me refiero a las veces que cada depredador obtiene su presa según el número de intentos, estos son aproximadamente el 25%, me refiero a las veces que la victima sale ilesa cuando el peligro los asecha y esto representa el 75% de los casos. Ellos responden de forma eficaz, en los momentos cuando están amenazados, donde sólo tienen dos opciones, atacar o huir.
Los seres humanos tienen un porcentaje mayor, en los casos donde su acción obtiene resultados negativos, normalmente se dice que podemos tropezar con la misma piedra varias veces, y eso es comprobable si hacemos un acto de introspección, y verificaremos las veces que hemos cometido los mismos errores, cosa que no ocurre con los animales, ellos parece que son capaces de recordar las veces que le han producido dolor y cual a sido su causa, de esa manera no repiten tropezar con la misma piedra.
Los seres racionales consideran y realmente es posible, que haciendo lo mismo, puede lograr resultados distintos, en otras palabras, la misma causa, puede producir efectos diferentes, esto es verdad, siempre y cuando utilicemos para tomar decisiones, variables diferentes a la vez cuando fracasamos, solo de esa manera tendremos otros resultados, pero si siempre usamos las mismas variables o información, caeremos en la misma trampa en cada momento en que se presente la misma situación, cosa que los animales no suelen cometer.
Entonces, porque no imitar su comportamiento, y darnos cuenta que las veces que fracasamos, es porque no hemos utilizado el conocimiento adecuado o la información conveniente. Ellos al no tener la capacidad de razonar, utilizan otra habilidad, la de recordar, como lo exprese anteriormente, todo aquello que le ocasiona dolor o le es dañino y debe alejarse o atacar. Los seres racionales, aunque conocen este principio elemental, suelen pensar que en la próxima oportunidad los resultados serán diferentes y vuelven a repetir las mismas acciones, obteniendo a su vez la misma respuesta, que no es otra sino el fracaso, al tropezar de nuevo con la misma piedra. Sin copiar la conducta de los animales de atacar o huir, de las situaciones, que según su apreciación les sean adversas o no.
Debemos de ser más observadores de los animales, de la manera en que se comportan, que actúan, que se desenvuelven, allí conseguiremos información importante que debemos analizar y aplicar según sea el caso. Ellos, no tienen un lenguaje como el de nosotros, pero su lenguaje corporal expresa las cosas que desean y se anticipan a la acción que realizarán en el futuro inmediato, y eso lo leen los otros animales, ellos saben cuando un depredador no los atacará, y no correrán aunque el se encuentre cerca, pueden leer lo que el depredador dice con sólo verlo caminar, la colocación de sus orejas, como mueve la cola, etc. Allí, tenemos un insumo que proporcionará según sea la manera que se utiliza, un comportamiento a imitar o una información constante y de mucho valor que debe ser analizada y convertida en conocimiento, para el bien de todos.
Además, los humanos podemos hacer algo extraordinario, el poder “elegir” en cada situación la respuesta, que consideremos adecuada o conveniente, que no solamente podrá ser atacar o huir, sino tener una gama mucho más amplia de respuesta, de acuerdo a la capacidad, habilidad, talentos que determinarán la interpretación, que de manera individual, le daremos a lo que nos sucede. De ese instante depende el éxito o el fracaso nuestro.
No olvidemos, que solamente cuando se cambia o se altera el medio ambiente de los animales (nunca por su causa), es cuando ellos suelen fracasar como organización viva, de resto, si las condiciones de su ecosistema no varían, su éxito como especie es un hecho. No así la del ser humano, que modifica a voluntad su medio ambiente y en vez de ayudar a su sobrevivencía, mucha de sus acciones, sólo los acerca a un abismo de muerte y desolación.

jesuspirela9@gmail.com

EL MITO DE LAS CHARLAS Y CONFERENCIAS

En este tema sobre las charlas y conferencias, como es ya costumbre en este blog, iré en contra de lo que dicen la mayoría de los expertos sobre el tema, sólo les digo que sean ustedes mismos los jueces y tomes sus propias decisiones.
Es mi opinión, cuando se da una conferencia o una charla sobre un tema general, por ejemplo, la inteligencia emocional, la gerencia o sobre liderazgo, es recomendable que se sigan los mismos procedimientos que se siguen cuando dos o más personas conversan, es decir ninguno.
Cuando usted conversa, sobre cualquier tema general, no hay reglas, se responde según vaya la conversación, se profundiza en algunos puntos, se es superficial en otros, pero siempre se tiene vigente el tema. Los participantes, se sienten satisfechos, se aclaran dudas, se señalan detalles, se da información y todo eso siguiendo un camino desconocido, no sabiéndose nada sobre el siguiente paso.
Claro siempre será necesario y básico que el expositor, en el caso de una conferencia, tenga un profundo conocimiento sobre lo que se conversa y es su misma información la que hará que en determinados momentos deba seguir sobre el punto profundizándolo, cambiarlo, o también de manera inconsciente continuar con alguna otra información relacionada que aparezca de manera espontánea, sólo siguiendo lo que su mente en ese momento le señala y seguir expresando sus pensamientos de forma natural.
Todo esto es parte de un proceso que se realiza automáticamente, de manera inconsciente en nuestro cerebro, según las informaciones recibidas del entorno, como por ejemplo el lenguaje corporal de los interlocutores. Las ideas que se tienen relacionadas con el tema, van apareciendo de forma casi mágica y de esa misma manera se deben expresar. Cuando se tiene suficiente conocimiento o información sobre lo que se habla, no se debe tener problemas en expresar lo que se le viene a la mente, ya que seguro tendrá que ver de alguna manera con lo tratado.
La mayoría de los expositores, se encuentran con dificultades, cuando tratan de memorizar lo que van a decir, la situación de exponer a un público, siempre causa nervios y estos pueden jugar un papel determinante en el caso de la memorización, son muchas las variables desconocidas que aparecen en el instante menos deseado, es por eso que los grandes expositores, conversan por horas, su dialogo es ameno, sencillo, explicativo y espontáneo. Siguen la charla, exactamente como eso, una charla normal, natural.
Cuando normalmente conversamos, nos relacionamos, nuestra conversación se hace extensa si es necesario, puede ser también profunda, o desviarnos de ella, de acuerdo al momento, pero nada es premeditado o preparado, surge de la misma conversación, y todo lo que se dice tiene relación directa o indirecta con el tema en cuestión, ninguno de los interlocutores, en una charla cotidiana, tiene ya pensado lo que va a decir, y el dialogo continua satisfaciendo a los participantes.
Debo aclarar, que cuando se trata de un tema específico, sobre todo de un tema científico, los recursos son pocos, y se debe concentrase en el punto, allí no hay posibilidades de desviarte, de irte por las ramas o de cambiarlo, como en el anteriormente explicado, de un tema general donde muchas cosas están relacionadas y no importa cuando las utilizas. En estos temas específicos, la especialización y la información que se tenga son básicos y son una condición única para exponerlos.
Es por eso que la condición necesaria y suficiente, para realizar una conferencia sin problemas, es además de tener el conocimiento suficiente del tema, es hacerlo con naturalidad, espontaneidad y sencillez. Darle fluidez a los pensamientos, expresarlos debidamente y sobre todo siguiendo lo que te dice el lenguaje corporal de los que te escuchan, en eso se basa el éxito de lo que expresaras.

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