LA EXPERIENCIA NO TIENE VALOR EN LA INCERTIDUMBRE

LA EXPERIENCIA NO TIENE VALOR EN LA INCERTIDUMBRE La experiencia es valiosa solo cuando ya conocemos el problema y siempre será en tú zona de comodidad. Es consecuencia de haber aprendido algo en algún momento y se nos presenta una situación similar a la vivida y en ese momento la ponemos en acción. Debemos de tomar en cuenta, que cuando estamos en la zona de comodidad, una experiencia o una destreza adquirida será aplicada, cuando la información que nos llega es rutinaria y aplicamos ese conocimiento aprendido para resolver o decidir algo en lo cual tenemos consciencia. Por ejemplo¬¬; al realizar nuestro trabajo cotidiano, el ir camino a la casa, al efectuar cualquier acto social, o cualquier otra rutina o hábito, sabemos darles uso a las experiencias obtenidas anteriormente y consolidarlas mediante la práctica. Pero eso ya no se trata de adquirir nuevas destrezas o habilidades, sino que es una repetición de algo antes ejecutado. Conocemos el problema y también la solución. Podemos pasarnos toda nuestra vida haciendo siempre lo mismo, exagerando un poco la situación. Pero eso es lo que ella representa. Entonces, la experiencia es creada por las informaciones que llegan por medio de cualquiera de los sentidos. Es captada y comprendida, luego aplicada cada vez que sea necesario. Por consiguiente, al tener un nuevo escenario, con nuevas informaciones, debemos responder a ellas de manera diferente y también novedosa, y esa distinta respuesta, pasaría a convertirse en una distinta experiencia, la que aprenderemos y usaremos en situaciones similares. En definitiva, la experiencia que tenemos la aplicamos, cuando las circunstancias se repiten. Pero cuando es una situación o un entorno cambiante, desconocido, dependiendo de la nueva información que nos llega, adquirimos nuevas experiencias al aprender algo nuevo. Debo aclarar, que la incertidumbre no se encuentra en otro universo. La consigues al tomar una distinta vía para llegar a tu casa o ir a un país no antes visitado u a otra ciudad. Por ejemplo, al iniciar un trabajo, te dan aproximadamente tres meses, no solo para tu adaptación al nuevo entorno, compañeros de labores, oficina, localidad, etc. También es necesario que aprendas las nuevas rutinas de tu nueva labor. Nuevos procesos, distintos procedimientos o diferentes normas a seguir para realizar tus labores con eficacia y calidad El fundamento es que dependiendo de la información que recibas, eso define que experiencias de las que posees debes usar. Si la situación es nueva, diferente, tendrás que adquirir nuevas experiencias para esos cosos en particular. Alguien dijo alguna vez, que treinta años de experiencia, es un año de aprendizaje multiplicado por treinta. Por esa razón, la experiencia al reproducirla se vuelve al tiempo una rutina, se convierte en obsolescencia. Debido a esas repeticiones, muchas de las veces, aplicamos el piloto automático y así transcurre gran parte de nuestra vida normal en la zona de comodidad. Pero al estar fuera de esa zona de confort, al entrar en la llamada zona de incertidumbre o de pánico para otros, donde nada sabemos y todo lo desconocemos, donde los cambios son continuos y constantes, lo que entendemos como experiencia pierde su valor, por lo explicado en párrafos anteriores. En esa zona desconocida, de entorno no escrutado, obligatoriamente, cada paso que damos es un aprendizaje diferente. Eso será una constante, salvo en situaciones conocidas, donde aplicaremos lo aprendido para continuar. Es por esta razón, que lo aprendido anteriormente no nos sirve de mucho, debido a que el próximo paso también es desconocido. En esta situación de complejidad, lo más importante es la capacidad que tengamos en adaptarnos al entorno inexplorado y responder a las nuevas informaciones. Así podemos avanzar paso a paso. Aprendiendo y volver aprender, de modo continuo y permanente, para sobrevivir. El estar en la incertidumbre, además de acondicionarte para continuar, te dota de varias cualidades importantísimas. Te hace más creativo, te estimula a aplicar nuevas ideas, enfoques distintos y el uso del pensamiento lateral. Es la necesidad de sobrevivir la que te obliga a continuar. Te hace más productivo, cosa que la comodidad y la rutina mata. Te aumenta la confianza, te hace más capaz, más sabio, te fortalece, sube tu autoestima y te hace más humilde ante lo desconocido y más realista ante la vida. Mantiene la cantidad óptima de ansiedad, aquella que te estimula y te conserva motivado a seguir avanzando con éxito y lograr tus metas. Amplias tu zona de confort. No le temes a los cambios y adquieres una actitud positiva ante tú futuro y sus retos. Como has extendido tu zona de confort, tu desenvolvimiento en sociedad, con tu familia y tu trabajo, se verá beneficiado. Serás altamente productivo, eficiente, cordial. Sabrás cuándo escuchar y cuando hablar. Serás más cooperativo y comprensivo, serás un verdadero amigo. El tiempo toma una nueva dimensión, sabes además de administrarlo y apreciarlo mejor, se te hace suficiente para compartirlo generosamente con la familia y con quien lo consideres. Tendrás el tiempo también para realizar actos de voluntariado, ejercicios, diversión y descanso. Todo en busca de la tranquilidad mental, un estado de humor y físico conveniente, para sentirte feliz e influenciar a tu entorno de modo positivo. E-mail: jesuspirela9@gmail.com Twitter: @japirela