CRITICAR, ES IGNORAR EL PROCESO INDIVIDUAL Y ÚNICO DEL CEREBRO HUMANO

Al nacer, llegamos con una carga cromosómica única, ni un hermano gemelo, tendrá las mismas características y cualidades. Se podrán parecerse mucho, pero ambos son, desde el punto de vista de los procesos neurológicos, diferentes. Eso significa, que siendo creados por la misma familia, en el mismo ambiente, los mismos estudios, etc.; cada uno tendrá una manera única de interpretar las experiencias vividas.
Cada persona -ahora generalizando- le dará significados distintos a al mismo evento. Tendrán, de los mismos episodios, experiencias diferentes. Eso lo hace posible, un cerebro diferenciado, único. Las redes neuronales que se activan por un mismo motivo o causa, será distinta para cada persona. Por consiguiente, esa diferencia producirá apreciaciones e interpretaciones personales, de los eventos vividos. Es como tener una manera especial y única de procesar, de leer y enfocar, cada actividad o hecho ocurrido.
Entonces, al realizar una crítica, estamos ignorando la existencia de esa diferenciación cerebral. Significaría, considerar que la persona a quien se juzga, tiene activas las mismas redes o conexiones neuronales que el que realiza el juicio, por lo cual, debe pensar igual y eso es una falacia. No habrá jamás otra persona que pueda tener excitadas las mismas conexiones de células nerviosas, por el mismo motivo. Las conexiones entre neuronas, es algo tan propio, tan excepcional, que no habrá otro ser, genéticamente idéntico.
Cada vez que aprendemos algo o tenemos una nueva experiencia, se forma una red específica de conexiones neuronales. Cuando recordemos eso mismo, o agreguemos algo más a lo ya aprendido, estaremos activando esas mismas conexiones y además reforzándolas.
Como todos aprendemos, atendemos y experimentamos, de manera distinta, un mismo hecho, esa red cerebral, siempre será muy subjetivo, único. Esa diferencia, hace que cada quien, al realizar una acción, por ejemplo, sea esta de la dimensión -o gravedad- que fuere, siempre tendrá razones muy personales, para hacerlo de ese modo. Podemos estar de acuerdo o no, pero sería una equivocación nuestra juzgarlo, ya que, al no tener la misma estructura cerebral, nos trae como consecuencia, que nuestros pensamientos, percepciones y significados, serán siempre también muy particulares y diferentes.
Los últimos adelantos de la neurociencia, señalan, que el cerebro jamás deja de renovarse, es plástico, cambia continuamente a lo largo de la vida. Ante todo aprendizaje o cada vez que se tiene una nueva experiencia, el modificará su estructura y por consiguiente su funcionamiento.
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