No conviene juzgar, comparar ni competir

Todas las personas desean ser felices o intentan conseguirlo, pero los caminos que toman, en su mayoría solo la aleja de esa meta. Consideran en su mayoría que las cosas materiales son las que pueden proporcionar la dicha en ellas. El dinero te puede dar comodidad, alejarte de ciertas penurias, pero no te da la felicidad integral. Aquella que se siente al estar con tus seres queridos, tus amigos, etc., y ellos pueden sentir y disfrutar un sentimiento muy fuerte, lleno de emociones auténticas también. Es la paz interior buscada, la plenitud de pensamientos positivos aun en los instantes críticos. Se puede ser rico y ser infeliz, como también existe la felicidad en personas muy pobres. Al poseer cosas que no se pueden comprar con el dinero, es un acercamiento gigante para lograr la felicidad, contagiando a los demás de esa alegría interna que puede ser imitada y que se multiplica en donde estés. Entonces, si el dinero y las cosas materiales no proporcionan la felicidad, entonces que será lo que nos puede acercar cada vez más a ese destino tan anhelado por todos. Hay dicho muy popular que dice: Eres rico cuando posees cosas que no pueden ser compradas con dinero. El elemento más importante para conseguir ese estado de plenitud, eres tú mismo. La forma en que te comportas, el modo en que piensas y la actitud que asumas ante cada situación de la vida determinarán tu éxito o tu fracaso. Si logras llegar a poseer esas características adecuadas, conseguirás el camino a la felicidad y contagiar a los que te rodean de esa alegría y entusiasmo interior. Siempre podrás encontrar lo que buscas, si sabes lo que quieres, de ese modo podrás identificarlo cuando lo consigas, es así de simple. En otras palabras, debes saber hacia dónde vas para que te enteres cuando llegues. Pero tener esas condiciones muchas veces no es tan sencillo. El aprendizaje que te da la vida, todas esas experiencias adquiridas en la crianza y las relaciones con tu entorno te formarán el carácter y este definirá tu comportamiento. La conducta que asumas ante los obstáculos que se presenten y la actitud como lo enfrentes, te harán triunfar siempre. Debo expresar, qué, aunque se fracase, eso se debe aprovechar para obtener experiencias nuevas y esa enseñanza, convertirla en un triunfo también. De ese modo tus decisiones serán las más apropiadas para cada circunstancia. Además de eso, se deben cumplir unas normas, que son aprendidas y que no debes trasgredir. Trataré algunas de ellas que son las más frecuentes utilizadas y contaminan la mente. Antes debemos recordar que cada persona es diferente y única. Que sus experiencias, aprendizajes y situaciones vividas, han sido distintas a las tuyas y como consecuencias, el modo de ver, enfocar y decidir realizar las cosas, también serán diferentes. Pero debo agregar que existen también unos sentimientos de los cuales es inminente alejarse y son las emociones negativas, por sus efectos destructivos. No hablaré en este artículo de ellas, ya que sus orígenes son distintos a lo que si trataré aquí. Estos sentimientos son: la ira, el miedo, la tristeza, el resentimiento y la ansiedad. Trataré las normas a las cuales deseo referirme y debemos intentar cumplir para evitar dificultades mentales y obstáculos que pudimos haber evitado. No debemos juzgar a los demás. Cada persona tendrá sus razones de haber realizado lo que hizo y eso lo determinó las experiencias de su vida, que le hacen tener una perspectiva de las situaciones muy personales y he ahí su reacción. Es posible que no estés de acuerdo con lo que esa persona hizo, pero debes comprender y entender que tuvo sus motivos. El sufrirá o disfrutará de las consecuencias de sus decisiones. Así aprenderá y evolucionará. Es la razón de vivir. Debo agregar, que la opinión que pueda tener una persona de ti, como alguien que te critique, o hable de ti, es basado en lo que él ha aprendido, en sus principios y creencias, las cuales, seguro serán diferentes a las tuyas. Es por eso por lo que tendrán de tu actuación una interpretación muy personal y como consecuencia de eso, encontrarán un significado diferente al que tú le has dado. Así que no debes preocuparte, ese es un problema de interpretación que esa persona tiene con el verdadero foco del asunto, por el cual has actuado. La crítica no te hará daño, si no te detienes ante ella, déjala pasar, no pierdas ni el tiempo ni tu tranquilidad en eso. Solo las que son constructivas deben ser escuchadas y tomadas en cuenta para su análisis y aplicación. No te compares con nadie. No sabes cómo ha vivido esa persona y que habrá hecho para tener lo que tiene o ser como es. Recuerda la vida ha sido distinta para ambos, así que los logros o fracasos obtenidos son en función de esa trayectoria. Es posible qué hasta habiendo tenido las mismas experiencias, los resultados en ti sean diferentes a los de la otra persona. El significado que le des a algo, la manera de percibir y apreciar el entorno es personalizada. No olvides que somos seres únicos, no hay ni un clon ni una copia tuya. Somos seres competitivos, es verdad, pero eso es bueno en los deportes o en los juegos. Ni siquiera es bueno competir dentro de la misma empresa donde se trabaja, aunque anteriormente así se creía. Es más, en algunos deportes, como el boxeo, por ejemplo, debes de tener como mínimo un peso establecido, para igualar las condiciones de la pegada, qué en este caso en particular, es esencial y definitiva. Además, al competir estamos creando un escenario donde alguien gana y otro pierde y es una situación no conveniente que te buscas sin necesidad. No lo hagas, vive tu e intenta triunfar sin derrotar a nadie. Utiliza tus fortalezas y talentos y aplícalos para tu bienestar y de los demás. Siempre en la sociedad, intentamos ser el líder del grupo compitiendo con los demás, pero eso lo determina tu actitud. Con tus condiciones intelectuales y tu inteligencia emocional dependerán tanto tus éxitos como tus fracasos. Las comparaciones solo nos proporcionan ansiedad y depresión, huye de ella. Nada es definitivo ni determinante, suceden los imprevistos y vivimos en un mundo complejo, caótico y dinámico, donde reina la incertidumbre. No existe la suerte, ni él destino ni nada sobrenatural, solo existen probabilidades de que un evento pueda suceder. Cada uno logrará lo que busca y se merece por la manera en que ha vivido y pensado. Toda persona labra su destino de acuerdo con sus experiencias y reacciones ante la realidad que se le presenta. Nada viene por azar. Construye tu camino, según tus creencias, principios y aprendizajes, basado en ello podrás ver mejor y más clara la vía que transitas y que te llevará a la paz interior y a la felicidad. E-mail: jesuspirela9@gmail.com