LA IMPORTANCIA DE NUESTRAS DEBILIDADES

En la mayoría de los libros dedicados a la Gerencia, siempre hablan de que es necesario hacer hincapié en las fortalezas y obviar las debilidades. Eso con el motivo de tener más oportunidades de encontrar el triunfo y el éxito. Pero en este punto, no estoy de acuerdo con todos ellos, pienso que toda fortaleza, fue antes una debilidad y para eso trataré de explicarme.
Cuando el feto inicia su desarrollo en el vientre materno, ya en la cuarta semana, se inicia la formación del cerebro, y ésta culmina en el mes siete, que es cuando ya el cerebro está totalmente apto, con sus cien billones de neuronas en acción. Desde el vientre, el feto comienza a recibir información de su entorno, entre estos in-puts, están, sonidos, principalmente la voz de la madre, música, ruidos variados, caricias también de los padres, etc. La información que recibirá luego que nazca, se hace más profusa, ahora recibe sonidos de distintos tipos, siente directamente las caricias y el calor de la madre, la oye, recuerda su voz, la ve, aunque de manera muy difusa en las primeras semanas y además se inicia también su educación, la crianza, algo importantísimo y definitivo para la formación de la personalidad, los valores, principios y creencias. Todo esto va conduciéndolo hacia un futuro, que dependerá, exactamente de esos primeros aprendizajes, y le señalará por cual camino se enrumba ese pequeño ser.
Con todo este cúmulo de información, dependiendo de su tipo; características, inclinaciones, tendencias, condiciones, etc., se comienza el engrosamiento de algunas conexiones que cada neurona había creado con las otras, convirtiéndose en unas autopistas de comunicación. Otras conexiones que no reciben mucho tránsito, se debilitan y muchas de ellas desaparecen en el tiempo. Estas conexiones fuertes, anchas, poderosas son las que nos desarrollan nuestras fortalezas y son las que los especialistas y todos los encargados de dirigir personal, expresan que se deben utilizar para conseguir la mayor eficiencia y productividad.
Pero, aquellas conexiones débiles, poco usadas, se pueden repotenciar, hacerlas más anchas, sólo con darle uso y eso se consigue, con adiestramiento, capacitación, recibiendo información y procesándola, todo eso hace que esa vía angosta se ensanche progresivamente de acuerdo a como se use. Entonces una debilidad podría llegar a ser una fortaleza con el tiempo y la dedicación adecuada. Por consiguiente, no es bueno, no tomar en cuenta a nuestras debilidades, sino todo lo contrario, hacer de ellas una ayuda y no una dificultad. Toda carencia, así sea de conocimiento, de capacitación, o de cualquier índole, cuando uno menos lo espera se hace presente causando mucho daño, por eso que es necesario, que cada vez que se conozca la existencia de una de ellas, proceder de inmediato a trasformarla y convertirla en un apalancamiento, en puntos de apoyo y esto se consigue mediante la dedicación, el estudio, la capacitación, el adiestramiento y todas sus formas de desarrollo personal. El resultado será el siguiente, lo que antes era una débil conexión, ahora vaya creciendo en tamaño y en uso, convirtiéndose en una fuerte autopista de comunicación, reduciendo así puntos débiles, futuros obstáculos y así ir desarrollando cada vez más y de manera progresiva y racional, nuestra formación integral, al acabar con las partes que podrían producir corto circuito o servir de muro de contención al paso del conocimiento o de cualquier información deseada.
Por eso creo firmemente, que si son importantes las debilidades, y que debemos tomarlas en cuenta para realizar el cambio conveniente, de esa manera estaremos mucho mejor preparados para resolver los problemas, dar soluciones satisfactorias o salir de los momentos de crisis con un saldo positivo. Claro, utilizar las fortalezas y nuestros talentos, es lo mejor y lo más recomendado, pero como siempre las debilidades aparecerán y nos causarán daño, entonces, la mejor manera de salir airoso, es hacer que ellas sean cada vez menos en cantidad, y eso lo conseguimos, al incorporar este mecanismo de desarrollo racional, a las actividades y hábitos cotidianos, y así aseguramos un mejor desenvolvimiento personal y éxito en la gestión laboral.

Nota: Este artículo, fue tomado de un libro de mi autoría, del mismo nombre, que está aun en proceso de crecimiento.

jesuspirela9@gmail.com