La importancia de una mente de principiante

LA IMPORTANCIA DE UNA MENTE DE PRINCIPIANTE Las relaciones personales son de suma importancia para el ser humano para su desarrollo en la vida, y más aún, cuando se trata de resolver un conflicto, encontrar la mejor solución o cuando deseamos asesorar, sugerir o ayudar, a una persona o una empresa, en algún situación crítica. Para encontrar respuestas a estas incógnitas, he recurrido a dos personas de mi más honda admiración, Peter Drucker, el padre de la administración moderna y del más grande físico de estos tiempos, Albert Einstein. Evocando, episodios de estos personajes, he encontrado la respuestas y es en algo, donde ambos coinciden. Se podría considerar que es una manera que los citados asumen y de ese modo actúan. Es una cualidad importantísima, una actitud especial, que crea el marco mental adecuado para estas situaciones, y que la mayoría de las personas ignoran, sin darse cuenta de lo que ese desconocimiento produce en las comunicaciones y en los resultados que se obtienen. En toda comunicación, es básico ir sin prejuicios, sin predisposición, sin sesgos, con el fin de obtener la información real de la situación y por consiguiente, lograr la máxima comprensión y entendimiento, y así, el éxito del intercambio establecido. Como les decía, leyendo uno de los tantos libros, escritos por Peter Drucker, y también, escudriñando sobre la vida y pensamiento de Albert Einstein, encontré esa similitud en sus acciones, es un comportamiento específico, algo que me quedo grabado y he intentado tenerlo presente en toda comunicación o en cualquier situación de crisis. El objetivo, es conseguir la óptima condición mental, la más adecuada actitud, para tales circunstancias y así, lograr la mejor forma de salir airoso. En ambos personajes, al estar en situaciones parecidas, utilizaban esa cualidad o conducta, que los ayudó a resolver sus dilemas y a encontrar los mejores resultados. En una oportunidad, le preguntaron a Drucker, que cuando iba a asesorar a empresas de distintas especialidades, como hacía él para saber las recomendaciones más convenientes en cada caso. El respondía, que solo iba con “mentalidad de principiante”, era la misma que posiblemente un niño podía tener, y de ese modo observaba, realizaba preguntas, aclaraba sus dudas sin prejuicios, sin los hábitos de los expertos, con una mente abierta a todas las infinitas posibilidades, con naturalidad y con gran confianza en sí mismo. Las mismas condiciones que tenía Albert Einstein. Unas de las razones que él mismo expresa, para haber dado con la Teoría especial de la relatividad, fue la de tener una “mente de principiante” y ver lo obvio, algo que para la mayoría es invisible. Esas condiciones, le dieron a Einstein, la facilidad de dejar de lado y no tomar en cuenta, condiciones que le obstaculizaban sus razonamientos. Incluyendo un sentido común distorsionado que existía, y que le impedía postular sin contratiempos, algo tan fantástico, como el principio de la constancia de la velocidad de la luz, como constante universal y de esa forma, poder afinar, su principio de la relatividad. En nuestra vida cotidiana, sin llegar a tener las situaciones tan apremiantes y suficientemente complejas, como las anteriores citadas, por estos dos grandes protagonistas, el no ver lo obvio, lo elemental, lo que está allí a simple vista, y tener en la mente pensamientos contaminados o con hábitos viejos y con visión tipo túnel, se crean condiciones, que no nos permitirán conseguir la solución adecuada y no nos permiten percibir las muchas oportunidades que existen y de ese modo, no lograr las metas deseadas. Así, que con mente de principiante, sin prejuicios, ni viejos hábitos, abrirnos a las muchas opciones efectivas y enfrentar aquellas situaciones en que nos presentamos, y el éxito nos acompañará. Jesuspirela9@gmail.com Twitter: japirela