Ideas Profesionales

Este espacio esta destinado a personas interesadas en los temas de gerencia, liderazgo e inteligencia emocional y social

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Nombre: Jesus Pirela
Ubicación: Gran Caracas, Distrito Capital, Venezuela

Matemático, Ingeniero Civil, Economista. Conferencista en temas de Gerencia, Liderazgo, Inteligencia Social y Neuroeconomia. Especialista en Técnicas de Resolución de Conflictos Prof. de Postgrado en los mismos temas

viernes, marzo 13, 2015

Contradiciendo a Descartes, según los neurocientificos

Siempre hemos pensado que es nuestro cerebro el único que dirige y controla nuestras acciones, pues estamos equivocados, el cuerpo también piensa y dirige las emociones que nos alertan y nos predisponen para una acción futura. Existe un cerebro secundario, si así se podría llamar, el que dirige nuestras primeras reacciones en momentos de ¨alerta máxima¨, aquellas oportunidades en que antes de pensar, razonar o analizar, debemos actuar de emergencia –es una acción inconsciente-, es allí lo importante de este sistema nervioso entérico, que rige todos esas acciones inmediatas para la supervivencia humana. Existe una discusión entre los entendidos de la materia, en que expresan que el cerebro realmente creció y se desarrolló, ‘para el movimiento’. Esto significa, que para la supervivencia de la especie, es más importante movernos -actuar- antes de ‘pensar’, que hacer lo contrario. Resulta, que en momentos de crisis, de la aparición de una amenaza, es indispensable reaccionar inmediatamente, antes de hacer consciente la realidad, ya que cuando eso suceda, es posible ya seamos la cena de algún depredador hambriento. Detallo el momento: ante una amenaza, por ejemplo; la aparición de un osos pardo en el bosque que nos ha divisado, razonar las posibilidades que tenemos o las alternativas que tenemos de salir ilesos, dependerán más de la reacción inmediata, instintiva, animal, que pensar si es conveniente, subir un árbol, correr o enfrentarse al enemigo. Las primeras reacciones, lógicas en estos momentos para sobrevivir, son únicamente: atacar o huir, y esto debe realizarse, inmediatamente. El proceso fisiológico, es el siguiente: Al aparecer el estímulo, este es enviado al Tálamo y esta información enviada a la Amígdala, hace que en fracciones de segundo, se tome la decisión más conveniente para superar la crisis. Esta acción, es netamente corporal, no aparece por ningún lado, la participación del cerebro. Inmediatamente, la sangre es enviada a los músculos esqueléticos superiores, ellos son los de las piernas para tener rapidez de movimiento (para correr) y a los brazos, para darnos la fortaleza de golpear o lanzar algo contundente al enemigo, también se acelera la respiración aumentando el volumen de oxígeno a los pulmones, para que las células intervinientes obtengan la energía necesaria del oxígeno, igualmente con los latidos del corazón, lo cual aumenta la presión sanguínea, importante para llevar la mayor cantidad de nutrientes a todo sitio que sea necesario. En otras palabras, el cuerpo se prepara para una contingencia, donde lo que resguardamos es nuestra vida. Este estado de alerta, se produce sin la intervención del cerebro, sin que entremos en razonamientos y análisis de la realidad. Allí radica la importancia de esta participación del cerebro secundario o entérico, que lo hace posible. Si fuera lo contrario y analizamos la situación antes, seguro, nos convertiríamos en el almuerzo de un depredador con hambre. Es tan interesante esta doble comunicación entre el cerebro/cuerpo, que gracias a ella, hemos podido crecer y evolucionar como especie. Por ejemplo, es el cuerpo el que le transmite al cerebro, cuando necesitamos comer o tomar agua, y es el cerebro el que nos produce la sensación de hambre o de sed, mediante emociones características de esa necesidad. Como es un tema importante, el relacionado con este complejo intercambio constante de comunicación entre el cerebro y el cuerpo, les recomiendo leer en este mismo blog, otro artículo, donde escribo sobre este intercambio, pero desde otro punto de vista. Las últimas conclusiones a que han llegado los neurocientíficos, es que no existe tal dicotomía entre el cuerpo y cerebro, sino que conforman una sola y perfecta maquinaria de protección de vuestra vida, y que tienen una comunicación constante y que es por esa dualidad, como lo exprese anteriormente, que reaccionamos según sea el caso o la complejidad del momento. Contradiciendo a Descartes, quien expresaba que si existía esa separación entre cerebro y cuerpo. jesuspirela9@gmail.com Tw:@japirela