Ideas Profesionales

Este espacio esta destinado a personas interesadas en los temas de gerencia, liderazgo e inteligencia emocional y social

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Nombre: Jesus Pirela
Ubicación: Gran Caracas, Distrito Capital, Venezuela

Matemático, Ingeniero Civil, Economista. Conferencista en temas de Gerencia, Liderazgo, Inteligencia Social y Neuroeconomia. Especialista en Técnicas de Resolución de Conflictos Prof. de Postgrado en los mismos temas

viernes, febrero 10, 2006

LA REGLA DE LA RECIPROCIDAD DEL COMPORTAMIENTO HUMANO

Este es un principio que lo aplicamos continuamente, en la mayoría de los casos de manera involuntaria.

Es en muchas citas, también llamado como la Regla de Oro o la Ley del Beneficio Mutuo. Como quiera que se le llame a esta potente regla, siempre la estamos aplicando como lo dije antes de manera involuntaria, pero si lo hacemos de manera racional o premeditada, conseguiremos magníficos resultados a nivel personal, sobre todo en el trabajo en la vida amorosa y en nuestras relaciones sociales en general.
Este principio o Regla de Oro, crea de inmediato en la persona que se le aplica, una especie de compromiso, un sentimiento de obligación, de culpa para retribuir de alguna forma y de manera casi inmediata, un favor, acción o invitación, de valor semejante al recibido, sea este dado de manera espontánea, sin querer retribución o interesado.
Comenzare con varios ejemplos que harán más sencilla la explicación de cuando se aplica este principio, siendo la respuesta a esta acción siempre beneficiosa. Muchas veces hacemos favores, sin haberlo solicitado el destinatario, lo hacemos como un acto de buena fe o con algún interés en especial, de cualquier forma, el resultado es siempre satisfactorio, he allí la importancia del mismo, observen: al llamar por teléfono a alguien que cumpla años, o si por camino al colegio, llevando a nuestro hijo, pasamos por la casa de un vecino que también envía al mismo colegio a su hijo y le sugerimos que con todo gusto se lo llevamos, evitándole el viaje, de inmediato, el vecino se sentirá obligado a que en cualquier momento el debe retribuir el mismo favor u otro de magnitudes similares.
Si vamos al supermercado y le preguntamos a la vecina se necesita algo para realizarle la compra, ella sentirá casi de inmediato un compromiso que debe saldar a corto plazo para solventar el favor recibido, y todo esto sin haberlo pedido. También sucede cuando te estás estacionando en cualquier sitio y aparece un señor que te dice se lo cuido o peor aun, el no aparece y te dice cuando te vas, que el te cuidó el carro, o cuando estas en un semáforo y una de estas personas que siempre están allí, te limpia el parabrisas, aun cuando tu no has pedido que se haga, en todos los casos señalados, la manera de cancelar esa ¨deuda´ o malestar que se siente, solo se rompe, si pagas ese favor, que puede ser con dinero en el caso de los limpiavidrios o del cuidador de carros, o con otro favor de un valor aproximado o similar, con el favor que te hicieron, ese es un problema que debes resolver tu.
Este principio es tan importante, que sin darnos cuenta nos hace tomar conductas o actitudes, que con el paso del tiempo, la gente llega a compartir, de manera reciproca. Por ejemplo, si por una persona tu sientes un sentimiento especial, es normal que ese sentimiento haga que tu comportamiento para con ella, sea de acuerdo a las emociones que te produce, serás posiblemente, amable, divertido, honesto, esta conducta, con el paso del tiempo hará que la otra persona inicie un cambio en su comportamiento hacia ti de manera inconsciente, provocado por la forma que ella está interpretando tu actitud, esta adaptación, o acoplamiento, hacia un comportamiento satisfactorio o afín, producirá que ambos en un plazo de tiempo relativo, tengan simpatías compartidas.
Igual, se produce si el sentimiento es negativo, por ejemplo, si te cae mal una persona, tú te comportaras de acuerdo a ese sentimiento desagradable, y la otra persona así lo percibirá y por consiguiente, también tendrá hacia ti una actitud de desagrado y malestar.
Siempre se ha dicho que las cosas que expresamos con nuestra corporalidad, llegan directamente al subconsciente, dejando una huella profunda en el, y es allí, donde se crean los vínculos, los nexos más fuertes y duraderos y eso solo con percibir algo que nuestros sentidos han captado, pero no han podido descifrar.
Esto también se aplica con las ideas, si das una buena idea a alguien y al aplicarlas este se beneficia, esa persona se sentirá comprometida a resarcirte por el favor, no exigido, pero dado sin ninguna o con toda intención o interés futuro, en el aspecto laboral, son muchas las posibilidades de aplicar este principio, logrando estupendos resultados, con la empresa, con tu jefe o con tus compañeros de trabajo.
Este es uno de los orígenes de ese proverbio muy famoso y de tanto contenido ´DAR ES RECIBIR´. Siempre recibirás lo que has dado, o cosecharas lo que siembras, las explicaciones son muchas, pero el fin es uno solo.
Este poderoso principio o regla de oro, tiene una relación directa con otro que comentamos en un artículo anterior, el Efecto Pigmalión, son tan tremendamente importante, que en futuros escritos, continuaré con mas detalle sobre estas herramientas, que si las aplicamos de manera racional, los resultados obtenidos serían fabulosamente positivos.
Cualquier comentario sobre esta regla de oro o si deseas una mayor profundidad, déjalo saber.

jesuspirela9@gmail.com