Ideas Profesionales

Este espacio esta destinado a personas interesadas en los temas de gerencia, liderazgo e inteligencia emocional y social

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Nombre: Jesus Pirela
Ubicación: Gran Caracas, Distrito Capital, Venezuela

Matemático, Ingeniero Civil, Economista. Conferencista en temas de Gerencia, Liderazgo, Inteligencia Social y Neuroeconomia. Especialista en Técnicas de Resolución de Conflictos Prof. de Postgrado en los mismos temas

domingo, septiembre 17, 2006

SOLO LA FUERZA NO ES SUFICIENTE, ES NECESARIO DIRIGIRLA

La mejor combinación para todo efecto eficiente y productivo, es la mezcla entre la mente y el cuerpo. El cuerpo proporciona la fuerza, es verdad, pero ella no significa nada, o sus efectos no serán los esperados, sino se dirige, sino tiene sentido y dirección, solo de esa manera se conseguirán las metas señaladas, y es ese exactamente el trabajo de la mente, del cerebro. En un experimento, realizado en un bote de remos, donde estaban varios hombres todos muy fuertes, le indicaron que debían llegar a la otra orilla del río lo más pronto posible, ellos comenzaron a remar con todas sus fuerzas, pero los efectos fueron completamente contrarios a lo que se quería, al remar con todas las fuerzas, sucedió lo siguiente, chocaban los remos, se golpeaban unos con otros, el bote giraba, en vez de seguir una trayectoria recta, al tiempo, todos estaban agotados, no habían avanzado nada y su trayectoria era circular. La causa? No habían trabajado de manera armónica, rítmica, la única forma de hacer que se consiga el resultado deseado con el mínimo gasto de energía, es si se controla la fuerza, y solo se utilizará la necesaria, si ella es dirigida, guiada.
Si ellos se hubieran puesto de acuerdo y aceptan seguir un ritmo indicado, donde cada uno reme solo a la señal, de esta forma no se necesita, primero, remar con fuerza, segundo, el gasto de energía es mucho menor y más eficiente y tercero, el movimiento se realiza de manera directa hacia el objetivo buscado. Entonces, solo la fuerza, aunque ésta fuera muy grande, si ella no es dirigida, controlada, la meta no será la que se han imaginado. Esto sucede con mucha frecuencia en la vida cotidiana, el aplicar una fuerza a un objeto, este cambiara de movimiento, o de dirección, según sea dicha fuerza aplicada, si está el cuerpo en reposo, y si está en movimiento, se producirá un incremento de la velocidad, produciendo en el cuerpo una aceleración, determinada por la constancia de la fuerza, esto quiere decir que se consigue un cambio en el movimiento, y si la fuerza no es orientada, dirigida, el destino del cuerpo será impredecible, solo dependiendo del punto de aplicación de dicha fuerza, la inclinación del vector fuerza, su magnitud, características de la superficie de rodamiento y la calidad del roce, por nombrar solo algunas de las variables que se deben tomar en consideración a la hora de definir solamente la trayectoria del cuerpo.
Siempre, en toda actividad humana, son muchas, por no decir infinitas, las variables que influyen en la misma, y solo utilizamos una pocas, es por eso que muchas cosas que se consideran seguras de conseguir, al último instante, algo sale mal, y la razón es que algunas de las variables no tomadas en cuenta, han influido en el resultado final. Debemos de ser lo más holístico que se pueda ser, pensar en las cosas como sistemas, en los cuales hay muchos subsistemas, que lo influyen, como él influye a todos los demás, es como pensar, que estamos en una red, donde cada persona, cada cosa viva, es una largo filamento, que al realizar una acción se enreda, se enrolla, se cruza o se mezcla más, con todo el entorno universal.
Para terminar, les contaré una anécdota que en parte describe algo este tema: Uno de los deportes tradicionales de Alaska es la tala de árboles. Hay leñadores famosos con un gran dominio, habilidad y energía en el uso del hacha. Un joven que quería convertirse también en un gran leñador, oyó hablar del mejor de los leñadores del país y decidió ir a su encuentro. Quiero ser su discípulo. Quiero aprender a cortar árboles como usted. El joven se aplicó en aprender las lecciones del maestro y después de algún tiempo creyó haberlo superado. Se sentía más fuerte, más ágil, más joven, estaba seguro de vencer fácilmente al viejo leñador. Así desafió a su maestro en una competencia de 8 horas, para saber cual de los dos podía cortar más árboles. El maestro aceptó él desafió y el joven leñador comenzó a cortar árboles con entusiasmo y vigor. Entre árbol y árbol miraba a su maestro, pero la mayor parte de las veces lo veía sentado. El joven volvía a sus árboles, seguro de vencer y sintiendo pena por su viejo maestro. Al caer el día para gran sorpresa del joven, el viejo maestro había cortado muchos más árboles que él. ¿Cómo pudo ser?, se sorprendió ¿casi todas las veces que lo miré, usted estaba descansando?. No, hijo mío, yo no descansaba. Estaba afilando mi hacha. Esa es la razón por la que has perdido.

jesuspirela9@gmail.com