SI APRENDES A ESCUCHAR, ELIMINARAS CASI LA TOTALIDAD DE LOS CONFLICTOS EN TU VIDA

Lamentablemente, esta afirmación, siendo una de las enseñanzas más importantes y necesarias en la vida, la mayoría de las personas cuando la aprende, están en la adultez. Y no es porque sea algo complicado o difícil de realizar. El principal motivo, es que somos enseñados desde el nacimiento, a reaccionar ante cualquier divergencia e imponer nuestro criterio u opinión.
Es como una autodefensa aprendida, para evitar agresiones. Pero los resultados obtenidos son completamente contrarios. Cuando respondemos en una discusión o situación crítica, con intenciones de imponer lo que pensamos, caemos en el error. El reaccionar emotivamente <<>>, se hace cuando nuestra integridad física está en peligro. Es un acto de supervivencia y hasta tú misma fisiología, te expresará los caminos a seguir: o atacas o huyes.
Pero la mayoría de los conflictos, en que nos enfrentamos en la vida, son de otras condiciones. Son los que encuentras en las relaciones rutinarias, en tu vida familiar, laboral y social.
En pequeñas conversaciones, por ejemplo, que aumentan su intensidad y se convierten en discusiones y momentos conflictivos y desagradables. La vida está llena de estos encuentros desafortunados y dificultosos. Ellos nos saturan de instantes enojosos y negativos, y sus efectos secundarios, son depósitos emotivos que nos convierten en seres infelices en muchos momentos. La sabia solución, “es aprender a escuchar”.
Escuchar, es una acción de un valor incalculable. Además de evitar caer en contrariedades, porque te dedicas a escuchar y no intentas imponerte, el aprendizaje adquirido, por esa actividad, es inmensa y extraordinaria. Solo nos damos cuenta de su importancia, cuando se ha asimilado y se realiza con eficiencia. Es el método de adiestramiento más rápido y eficaz. Es una forma de transmisión de conocimiento tan intenso, que una persona podría aprender un gran cumulo de cosas, en solo una conversación con otra, que contenga dichos conocimientos.
Al aprender a escuchar, antes debes de saber, que cada quien es como fue formado. Todos somos diferentes, las experiencias adquiridas y los estudios realizados, nos hacen tener interpretaciones diversas de un mismo hecho. Por consiguiente los significados de las cosas también lo serán. Además, es importante que sepas, que el objetivo, jamás será convencer al otro, de que lo que piensas, es la realidad, el tendrá la suya y a consecuencia actuará.
Al escuchar con atención, serás respetado por el que habla. El nivel será favorable, para la comprensión mutua y para que ambos interlocutores, armonicen y se constituya un puente comunicacional estable y adecuado. Donde serás también escuchado con interés y donde no existirá la imposición unilateral, sino la demostración fundamentada de los argumentos empleados.
Al saber escuchar, también sabrás cuando hablar. Si en el dialogo, no hay ningún interés de tu parte, con abandonar decentemente la conversación, habrás evitado un enfrentamiento, que no te dejara nada productivo y habrás salido sin lastimaduras, de un futuro mal momento.
Lo más significativo, es que cada persona será quien “decida” que escuchar, y además, también elegirá, evitar conflictos innecesarios que te arruinaran la vida, aunque sean en pedacitos.
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