EL SILENCIO Y LA PACIENCIA SON DOS HERRAMIENTAS DEL GUERRERO INTELECTUAL

Siendo el deseo de todos, ser felices, tener éxito y vivir en paz, se podría conseguir teniendo ciertas herramientas a tu disposición y procederé a señalar sus bondades y los posibles beneficios que lograremos, si le damos el uso adecuado y oportuno. Aparentemente, se ve de fácil obtención, pero muchas veces para la mayoría de las personas eso no es así. Además, siempre aparecerán momentos u oportunidades en las cuales estas habilidades permitirán salir victoriosos en esos instantes críticos obligantes de tomar buenas decisiones y tener éxito en lo realizado. Si observamos con detenimiento se podría ver que tienen mucha relación entre ellas, y es verdad, pero no los diferentes momentos que deben ser bien utilizados para que los resultados sean los buscados. La diferencia es sutil, pero es importante conocerlas. Para la gran mayoría de las personas, el quedarse en silencio cuando estas acompañado y teniendo una conversación de cualquier índole con alguien, el solo escuchar es una acción algo difícil, ya estamos acostumbrados a ser reactivo e intentar responder al que habla para aclarar dudas o para dar tu opinión. El aclarar tus dudas es importante, pero el momento sería mejor después, cuando el que habla ha dicho lo más que pueda del asunto de que se conversa. Es posible que, en esa extensión de la conversación, él mismo aclare algunas de esas dudas. Pero el asunto es el siguiente. En toda negociación, de cualquier índole, es conveniente permitir que la otra persona hable, ya que te está dando información del tema y de cómo piensa, de cuáles son sus intenciones y sus fundamentos, así como también otros datos importantes que seguro luego, podrás utilizar para tu defensa, dudas o sencillamente al dar tú opinión del asunto tratado. Por algo, los abogados dicen siempre, ¨limítate a responder exclusivamente lo que preguntan, sin dar más detalles del asunto¨. También siempre la policía te expresa al detenerte: ¨Haga silencio o cualquier cosa que diga puede ser utilizado en su contra¨. Esas advertencias son especialmente por esa misma razón. Muchas veces sin querer decimos cosas que pudieran perjudicarnos sin darnos cuenta. Recordemos que somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos, como lo expresa muy bien ese proverbio conocido. El estar desocupado o solo, son algunos de esos instantes en que solemos estar en silencio, y la mayoría de las veces se cae en el aburrimiento. Pero ese estado no es malo, es un momento especial para pensar en nosotros, en nuestro futuro, en los nuevos proyectos, en que debo hacer que tenga por allí relegado. Son múltiples las cosas que vienen a la mente cuando estamos aburridos y no sabemos cómo llenar ese tiempo, porque estamos acostumbrados a realizar muchas cosas a la vez y casi simultáneamente. Craso error, el que cometemos. Se ha demostrado y en un anterior artículo publicado en este blog, hablamos exactamente de los beneficios del aburrimiento y como aprovecharlo para sacarle provecho personal o profesionalmente. Existe historia de muchos investigadores, escritores y artistas en general que han expresado, que sus momentos de genialidad, de ideas maravillosas o de inspiración, los han conseguido teniendo sus mentes y pensamientos en calma, sin haber estado pensando en nada, solo observando la naturaleza, paseando o sencillamente descansando en un jardín. Y de manera repentina, llegó lo que necesitaban. La idea, la inspiración o la solución a un problema que se requería. Demos recordad también que nuestro subconsciente jamás deja de trabajar, aunque el consciente está en silencio, en calma. Pues bueno, es hora de saber aprovechar estas oportunidades al entrar en un dialogo contigo mismo y averiguar que puedes obtener. Quedarse en silencio cuando se está conversando con alguien y estás escuchando como debe ser, lo cual es muy importante controlar ese modo escucha, para tu aprendizaje y progreso. Si sabes escuchar, posees una de esas cualidades del guerrero intelectual. Esa es un comportamiento difícil que muchas personas no dominan. El ser buen escucha te da las oportunidades de aprender más, de entender mejor a tu entorno y te da el suficiente poder para enfrentar situaciones complicadas. Solo el saber escuchar te la oportunidad de obtener el mayor provecho del tema. De toda esa comunicación, sacarás lo bueno y desecharas lo que consideras conveniente. El saber escuchar es signo de inteligencia, de seriedad, te aumenta tu autoestima y crea confianza en ti y en los demás. Es un ciclo virtuoso que se retroalimenta. Al contrario del hablar mucho, hace que se cometa mayor número de errores, que nos equivoquemos más, producimos aburrimiento y fastidio en quienes oyen y hasta puede producir la pérdida de confianza en ti, por la cantidad de esas fallas cometidas. Claro, diferente es cuando hablas de un tema el cual conozcas. En esos momentos, estrás comunicando conocimiento, saber y los oyentes estarán aprendiendo, asimilando cosas que podrán utilizar en su momento adecuado. Los conferencistas, los maestros o cualquier persona con una vasta experiencia en algo en especial, con mucha lectura en temas específicos tendrá bastantes puntos a comentar sobre distintas cuestiones que producirá admiración y serán un factor importante de obtención de conocimiento. En ese caso, las personas siempre intentaran facilitar esos momentos con el hablante para escuchar y aprender. Caso distinto, es lo que sucede en muchas personas y es que hablan por hablar de todo, desconociendo del contenido tratado. En estos casos, siempre se dice demasiado sin nada sustantivo, fastidiando a las personas y haciendo que huyan de tu lado. Perderás credibilidad, te conviertes en charlatán, que solo comentas chismes y cosas banales, sin darte cuenta del daño que puedes producir en otras personas las palabras dichas. Por favor no lo hagas. Cuando desconozcas de algo procura no hablar de eso y te conviene mucho más hacer silencio y aprovechar la oportunidad que te brindan. Hay un proverbio muy famoso que reza: ¨El sabio habla porque tiene algo que decir, pero el tonto habla porque tiene que decir algo¨, (Platón). Esa es la gran diferencia. La paciencia también es una cualidad que debemos desarrollar al máximo. Ella solo nos traerá beneficios, abonará el terreno para que germinen buenas semillas. Te permitirá tener el tiempo necesario para meditar, reflexionar y llegar a conclusiones antes buscadas. Tiene una gran relación con la Paz y la Calma, ambas aportan condiciones en tu comportamiento que mejorarán tu proceder. Permite una mayor y mejor concentración y todo lo que un enfoque centrado produce, como ser más racional al tomar decisiones, disminuye el estrés al entrar a un estado de tranquilidad y calma, haciéndote menos ansioso e impaciente aumentando tu salud mental y haciéndola más fuerte. Finalmente, la paciencia según la Real Academia de la Lengua la define de tal forma que expresa allí toda la fortaleza que posee: ¨Capacidad de sufrir y tolerar desgracias o cosas molestas u ofensivas, con fortaleza, sin quejarse ni rebelarse¨. Complementando, la paciencia hace que las personas sepan esperar con tranquilidad a que las cosas que suceden y no dependen de uno debemos dejarle al tiempo y las circunstancia su solución o por lo menos abrirnos una brecha por donde entrar y resolver cada uno su situación. Además, según los investigadores del comportamiento humano, ser paciente es ser una persona más fuerte, más resistentes a la duda o a la frustración, en consecuencia, nos enseña a que la recompensa que tendremos a mediano o largo plazo será mucho mayor cuando esperamos lo suficiente. El tiempo es aliado de las personas pacientes que saben que buscan y donde lo pueden encontrar. Así que cultivar estas herramientas y desarrollarlas más, hará personas más seguras de uno mismo, con mayor autoestima y resiliencia, capaz de al enfrentar dificultades saldremos de allí más sabios, felices y en paz. e-mail: jesuspirela9@gmail.com